Los mil rostros de la manipulación mediática pro israelí
El New York Times, cuya jefa de la oficina regional [en Oriente Medio] tiene un hijo sirviendo en el ejército israelí, informa de que Israel acaba de nombrar un panel encargado de investigar el ataque que realizó contra una flotilla de ayuda humanitaria y que mató a nueve voluntarios, entre ellos a un ciudadano estadounidense de 19 años.
La autora del artículo del New York Times es Isabel Kershner, que es ciudadana israelí y se ha negado a responder a cualquier pregunta sobre sus vínculos familiares con el ejército israelí.
Kershner informa de que la Casa Blanca saludó el anuncio [de la designación] del panel como un "importante paso adelante", afirmando que "la estructura y términos de referencia de la comisión pública independiente propuesta por Israel puede satisfacer los requisitos exigibles de una investigación rápida, imparcial, creíble y transparente".
En su artículo, Kershner informa de que el panel estará integrado por el eminente Nobel de la Paz irlandés Lord David Trimble en calidad de observador, pero omite el dato de que Trimble lidera la recientemente constituida organización pro israelí "Amigos de Israel" y que mantiene una estrecha relación con el socio de Netanyahu Dore Gold.
El periodista irlandés Patrick Roberts escribe: "Es como poner a la zorra a cuidar el gallinero".
Kershner informa también de que el otro observador extranjero es el Brigadier General Ken Watkins, antiguo auditor general del ejército canadiense, pero no menciona que Watkins es conocido por haber impedido en 2009 una investigación de la Cámara de los Comunes sobre abusos a prisioneros afganos.
Un miembro de la Cámara de los Comunes comentó entonces, en relación con la falta de cooperación de Watkins con la investigación: "Obviamente, el encubrimiento continúa".
Kershner informa a los lectores [del New York Times] de que el panel estará dirigido por un juez retirado del Tribunal Supremo de Israel, pero no menciona las informaciones que señalan que dicho juez no cree en ese panel y que se opone a la participación de extranjeros en el mismo.
En la segunda mitad de su artículo Kershner informa de que el diario israelí Ha'aretz califica de “farsa” al panel propuesto, pero no dice que esa calificación es coherente con un arraigado patrón de investigaciones gubernamentales israelíes (y de ausencia de las mismas) sobre violaciones de derechos humanos perpetrados por el ejército israelí. Por ejemplo:
- Desde 2001 hasta 2006 la oficina del Fiscal del Estado de Israel recibió más de 500 quejas sobre abusos cometidos durante interrogatorios. No hubo ni una sola investigación penal.
- En 2005 la organización israelí de derechos humanos B'Tselem publicó un informe titulado "El ejército israelí concede impunidad a los soldados que asesinan a palestinos", en el que se revelaba que aunque los soldados israelíes habían matado al menos a 1.694 civiles palestinos –entre ellos a 536 menores de edad–, sólo un soldado había sido condenado por "causar la muerte de un palestino".
- En 2009, once organizaciones de derechos humanos israelíes publicaron un informe conjunto en el que exigieron al gobierno israelí un "Alto al blanqueamiento de presuntos delitos en Gaza".
- En 2010 B'Tselem constató que "el encubrimiento por parte de los militares israelíes de los bombardeos con fósforo realizados sobre Gaza demuestra que el ejército es incapaz de investigarse a sí mismo". Un informe de Amnistía Internacional estuvo de acuerdo con esta conclusión tras descubrir que las investigaciones israelíes sobre la operación Plomo Fundido no habían satisfecho "los requisitos internacionales de independencia, imparcialidad, transparencia, rapidez y eficacia".
En su artículo, Kershner le hace un hueco a la afirmación de Netanyahu de que el bloqueo de Gaza "es necesario para evitar que Hamás introduzca de contrabando armas o materiales para fabricarlas, así como para debilitar el control de Hamás". La periodista prosigue admitiendo que "existe en el extranjero un consenso cada vez mayor de que el bloqueo ha afectado principalmente a la población civil", pero se abstiene de informar que los cierres israelíes de Gaza comenzaron antes de la elección de Hamás y que el daño que el bloqueo está provocando es masivo y calamitoso.
También se abstiene de incluir en su artículo ninguna de las innumerables pruebas que sustentan ese [creciente] consenso [sobre las catastróficas consecuencias del bloqueo sobre la población civil de Gaza], pruebas como las siguientes:
Aproximadamente el 99% de los 4.000 pescadores de Gaza son considerados pobres (los que ganan entre 100 y 190 dólares al mes), o como muy pobres (los que ganan menos de 100 dólares al mes); existen en Gaza serias –a veces letales– carencias de agua, dinero en efectivo, gas para cocinar y otros suministros básicos; desde 2007 se ha cerrado el 98% de las industrias y 3.500 familias siguen desplazadas desde la invasión israelí del año pasado debido a que Israel bloquea la entrada a la Franja de Gaza de materiales de construcción.
Aunque a lo largo de los años el gobierno israelí jamás se ha investigado a sí mismo honesta y profundamente, un gran número de respetables organizaciones internacionales de derechos humanos, desde Christian Aid hasta la Cruz Roja, sí lo han hecho, documentando un patrón de violaciones generalizadas de derechos humanos por parte de los militares israelíes.
En 2006, los investigadores independientes Patrick O'Connor y Rachel Roberts descubrieron que desde el otoño del 2000:
"[T]res de las principales organizaciones de derechos humanos centradas en Israel/Palestina –Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la organización israelí B'Tselem– han publicado 76 informes analizando primordialmente los abusos cometido por los israelíes contra los derechos de los palestinos, y cuatro informes centrados fundamentalmente en los abusos cometidos por palestinos contra los derechos de palestinos o de israelíes. Esta ponderación sugiere que Israel ha cometido una parte desproporcionada de violaciones de los derechos humanos".
Durante ese tiempo, el New York Times publicó dos artículos sobre los informes que documentaban abusos israelíes contra los derechos humanos, y dos artículos sobre los informes que documentan abusos palestinos contra los derechos humanos.
En otras palabras, en su "imparcial" estilo el New York Times dio cuenta del 50% de los informes sobre abusos contra derechos humanos cometidos por palestinos, mientras que informó sobre menos del 3% de los que detallan los abusos perpetrados por los israelíes.
Por: Alison Weir es directora ejecutiva de If Americans Knew (Si los estadounidenses supieran) y miembro del directorio del Consejo para el Interés Nacional. Su dirección es: contact@ifamericansknew.org
Fuente: http://www.counterpunch.org/weir06162010.html
Site: Rebelion
La autora del artículo del New York Times es Isabel Kershner, que es ciudadana israelí y se ha negado a responder a cualquier pregunta sobre sus vínculos familiares con el ejército israelí.
Kershner informa de que la Casa Blanca saludó el anuncio [de la designación] del panel como un "importante paso adelante", afirmando que "la estructura y términos de referencia de la comisión pública independiente propuesta por Israel puede satisfacer los requisitos exigibles de una investigación rápida, imparcial, creíble y transparente".
En su artículo, Kershner informa de que el panel estará integrado por el eminente Nobel de la Paz irlandés Lord David Trimble en calidad de observador, pero omite el dato de que Trimble lidera la recientemente constituida organización pro israelí "Amigos de Israel" y que mantiene una estrecha relación con el socio de Netanyahu Dore Gold.
El periodista irlandés Patrick Roberts escribe: "Es como poner a la zorra a cuidar el gallinero".
Kershner informa también de que el otro observador extranjero es el Brigadier General Ken Watkins, antiguo auditor general del ejército canadiense, pero no menciona que Watkins es conocido por haber impedido en 2009 una investigación de la Cámara de los Comunes sobre abusos a prisioneros afganos.
Un miembro de la Cámara de los Comunes comentó entonces, en relación con la falta de cooperación de Watkins con la investigación: "Obviamente, el encubrimiento continúa".
Kershner informa a los lectores [del New York Times] de que el panel estará dirigido por un juez retirado del Tribunal Supremo de Israel, pero no menciona las informaciones que señalan que dicho juez no cree en ese panel y que se opone a la participación de extranjeros en el mismo.
En la segunda mitad de su artículo Kershner informa de que el diario israelí Ha'aretz califica de “farsa” al panel propuesto, pero no dice que esa calificación es coherente con un arraigado patrón de investigaciones gubernamentales israelíes (y de ausencia de las mismas) sobre violaciones de derechos humanos perpetrados por el ejército israelí. Por ejemplo:
- Desde 2001 hasta 2006 la oficina del Fiscal del Estado de Israel recibió más de 500 quejas sobre abusos cometidos durante interrogatorios. No hubo ni una sola investigación penal.
- En 2005 la organización israelí de derechos humanos B'Tselem publicó un informe titulado "El ejército israelí concede impunidad a los soldados que asesinan a palestinos", en el que se revelaba que aunque los soldados israelíes habían matado al menos a 1.694 civiles palestinos –entre ellos a 536 menores de edad–, sólo un soldado había sido condenado por "causar la muerte de un palestino".
- En 2009, once organizaciones de derechos humanos israelíes publicaron un informe conjunto en el que exigieron al gobierno israelí un "Alto al blanqueamiento de presuntos delitos en Gaza".
- En 2010 B'Tselem constató que "el encubrimiento por parte de los militares israelíes de los bombardeos con fósforo realizados sobre Gaza demuestra que el ejército es incapaz de investigarse a sí mismo". Un informe de Amnistía Internacional estuvo de acuerdo con esta conclusión tras descubrir que las investigaciones israelíes sobre la operación Plomo Fundido no habían satisfecho "los requisitos internacionales de independencia, imparcialidad, transparencia, rapidez y eficacia".
En su artículo, Kershner le hace un hueco a la afirmación de Netanyahu de que el bloqueo de Gaza "es necesario para evitar que Hamás introduzca de contrabando armas o materiales para fabricarlas, así como para debilitar el control de Hamás". La periodista prosigue admitiendo que "existe en el extranjero un consenso cada vez mayor de que el bloqueo ha afectado principalmente a la población civil", pero se abstiene de informar que los cierres israelíes de Gaza comenzaron antes de la elección de Hamás y que el daño que el bloqueo está provocando es masivo y calamitoso.
También se abstiene de incluir en su artículo ninguna de las innumerables pruebas que sustentan ese [creciente] consenso [sobre las catastróficas consecuencias del bloqueo sobre la población civil de Gaza], pruebas como las siguientes:
Aproximadamente el 99% de los 4.000 pescadores de Gaza son considerados pobres (los que ganan entre 100 y 190 dólares al mes), o como muy pobres (los que ganan menos de 100 dólares al mes); existen en Gaza serias –a veces letales– carencias de agua, dinero en efectivo, gas para cocinar y otros suministros básicos; desde 2007 se ha cerrado el 98% de las industrias y 3.500 familias siguen desplazadas desde la invasión israelí del año pasado debido a que Israel bloquea la entrada a la Franja de Gaza de materiales de construcción.
Aunque a lo largo de los años el gobierno israelí jamás se ha investigado a sí mismo honesta y profundamente, un gran número de respetables organizaciones internacionales de derechos humanos, desde Christian Aid hasta la Cruz Roja, sí lo han hecho, documentando un patrón de violaciones generalizadas de derechos humanos por parte de los militares israelíes.
En 2006, los investigadores independientes Patrick O'Connor y Rachel Roberts descubrieron que desde el otoño del 2000:
"[T]res de las principales organizaciones de derechos humanos centradas en Israel/Palestina –Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la organización israelí B'Tselem– han publicado 76 informes analizando primordialmente los abusos cometido por los israelíes contra los derechos de los palestinos, y cuatro informes centrados fundamentalmente en los abusos cometidos por palestinos contra los derechos de palestinos o de israelíes. Esta ponderación sugiere que Israel ha cometido una parte desproporcionada de violaciones de los derechos humanos".
Durante ese tiempo, el New York Times publicó dos artículos sobre los informes que documentaban abusos israelíes contra los derechos humanos, y dos artículos sobre los informes que documentan abusos palestinos contra los derechos humanos.
En otras palabras, en su "imparcial" estilo el New York Times dio cuenta del 50% de los informes sobre abusos contra derechos humanos cometidos por palestinos, mientras que informó sobre menos del 3% de los que detallan los abusos perpetrados por los israelíes.
Por: Alison Weir es directora ejecutiva de If Americans Knew (Si los estadounidenses supieran) y miembro del directorio del Consejo para el Interés Nacional. Su dirección es: contact@ifamericansknew.org
Fuente: http://www.counterpunch.org/weir06162010.html
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